
Tras la vuelta de un mes de la más absoluta desconexión, vuelvo con las pilas muy cargadas. Y no se me ocurre mejor forma de volver a actualizar el blog que con una gran película.
Desde el momento inicial te enrolas en el viaje de la vida de Yaël, llorando con él y a duras penas esbozando alguna sonrisa.
No obstante, el mayor dramatismo llega después de ver la cinta; ya que compruebas que es una historia real que en la mayoría de las veces no tiene un final tan feliz como el que nos podemos encontrar en una película.
Sin duda una auténtica "joyita", de esas que pasan desapercibida en este arte. Un gran acierto que el propio director escriba el guión y no adapte una novela (que seguro existen varias que abarquen este tema), de esta forma no se queda nada en el tintero y Radu Mihaileanu nos obsequia con toda su frescura.
Comparto con vosotros un video que he encontrado en internet a modo de trailer que seguro os deja con muchas ganas de verla cuanto antes:
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